Los papeles, los blogs y las webs se han llenado de especulaciones sobre si es el rebote bueno o no. No da igual, cierto, pero el panorama es tan escalofriante que merece la pena reflexionar un poco. El hecho de que ya sea claro, evidente y palpable, que el amigo americano va a poner la prensa de fabricar billetes a toda máquina, que el dólar esté en riesgo de dejar de ser la divisa de referencia. El peligro de entrar en un proceso de hiperinflación no acaba en los Estados Unidos. En Europa se presiona para que el BCE adopte políticas cuantitativas (=inyectar liquidez a base de billetes de banco nuevos). La verdad es que cuesta repetirse, pero lo que más duro es ver como tanta gente sigue en la ignorancia. Siempre ,alguien con los instrumentos en la mano para controlar el dinero en circulación y el acceso al crédito, estará tentado de hacer una política monetaria laxa. Cuando esto sucede se invierte en negocios de dudoso éxito. Cuando la burbuja se pincha el agujero negro es de dimensiones aterradoras. El mismo que generó la burbuja quiere ahora arreglarlo con más dinero y, esta vez, papel moneda. Tiremos la divisa como sea, repartamos billetes desde un helicóptero. ¿No dice el modelo cuantitativo del dinero que para mantener el producto de la renta nacional y el nivel de precios ha de mantenerse la masa monetaria y la velocidad de dinero en circulación?. Pues nada, más M y todo se arreglará. El problema es que las cosas no son tan sencillas, la economía no se puede reducir a una sencilla fórmula, los bancos centrales no son omnipotentes, los gobiernos no hacen otra cosa que gastar lo que recaudan más lo que se endeudan. Globos sonda por todas partes. ¡Más regulación!. Masa monetaria controlada, bancos regulados, supervísión, coeficientes de caja, Basilea 2, etc… ¿más regulación?, ¿no será el problema que las cosas están mal hechas?
En este escenario existe el riesgo de que cuando queramos emplear nuestro dinero no valga nada. La jugada de comprar deuda a largo plazo, por parte de a FED, puede ser pan para hoy y hambre para mañana. Si el mercado percibe que el dólar va a caer a plomo se va a soltar papel en todos los tramos de la curva. Si el endeudamiento aumenta y la inflación comienza a amenazar está servida una subida brutal de los tipos de interés y, en tal caso, el acortamiento del plazo medio de la deuda y la muerte del dólar. Si el euro va detrás que Dios nos pille confesados.
Los inventos de estas características normalmente acaban mal, muy mal. Probablemente los magos piensen que una caída del dólar y un poco de inflación ayudará a limpiar los balances, reducir las cargas de los deudores y tranquilizar las cosas, pero hay un riesgo cierto de que todo el castillo de naipes se desmorone.
Las cosas pueden ser como se ha descrito … o no. Pero lo cierto es que tanto los mercados de bonos como las divisas pueden dar unos bandazos de miedo en el corto y medio plazo. La dirección del dólar parece clara, para abajo. El BCE, que no es otra cosa que el Bundesbank, va a ser más reacio en poner la prensa a funcionar. Quizás ese sea el juego. El dólar al derrumbe en una devaluación competitiva de facto.
Mientras tanto, de bolsa nada. Las bolsas siguen bajistas, con debilidad el viernes en zona de resistencia y muy posiblemente veremos nuevas caídas a corto y medio plazo. Difícilmente va a ser una subida buena si es un tramo rápido y volátil. Y eso de que se ve la luz al final del túnel… cuentos para niños.
El rebote del mercado ha dado lugar a una figura lateral en las últimas sesiones coincidentes con los últimos días de vencimiento de opciones y futuros. Si se trata de una figura de bandera podríamos ir a buscar el canal bajista. Los bancos han empujado con fuerzay podrían aún desarrollar un tramo. Todos estos experimentos de brujo con nuestro dinero le pueden venir muy bien a los bancos, solo a ellos. El resto de los valores parece que tienen un duro camino. Telefónica frente a una resistencia de libro, Repsol igual y el resto debilísimo. En caso de que se superen los 7850 hay alguna cosa, pero para valientes. Bankinter no tiene mala pinta, Red Eléctrica tampoco. Pero para todo eso hay que tener claro que el movimiento al alza puede ser de unas cuantas sesiones y, sobre todo, que las cosas no van a mejor, van a peor.
De España mejor no hablar porque dan ganas de llorar.