El comportamiento tibio del pasado martes en el mercado norteamericano se ha atribuido al famoso stress-test, o sea, vamos a ver si los bancos mantienen el tipo ellos solos. Lo que parece claro, rotundo y evidente es que van a hacer falta enormes ampliaciones y que la dilución va a ser importante. Al margen de si van a ser 20, 19 o 18 los bancos con problemas que van a necesitar más dinero, la cuestión que sigue flotando en el ambiente es básicamente la misma. El sistema ha implosionado, entero, no se salva nadie, ni las entidades, ni los bancos centrales, ni los políticos. Hizo pum. El guirigay posterior de que uno echa la culpa al otro, que si el señor Obama nos saca de ésta, que si Juanito dice tal y Pepito pascual, no es más que el humo después de la explosión que no deja ver.
Mientras tanto los mercados siguen fuertes. Hay estudios por ahí que intentan predecir cuanta sobrecompra se aguanta en un mercado bajista o si tal o cual mercado bajista experimentó un rebote más o menos bestial que este. Al final nada, la pregunta es la misma. ¿Ha cambiado la tendencia o no?, esa es la cuestión. La respuesta es: no lo sabe nadie, pero yo creo que no y que sigue habiendo riesgo.
Si miramos gráficos de crisis similares con niveles de empleo parecidos en España y fuera muchos valores de mediana capitalización pasaron por una larga temporada de suelo durmiente. Pero bien larga. Las cosas no cambian de la noche a la mañana. Es cierto que el punto de partida de esta crisis es infinitamente mejor que aquel (hablo de fuera de España).
Cuando se desmontó el ‘New Deal’ había cascado hacía años: inflación, desempleo y un desbarajuste tremendo. El desguace del chiringuito duró doce años por lo menos. Ahora el sueño monetarista friedmanita ha petado pero se está frente a una labor que, sobre el papel es más sencilla, lo que no quita que lleve años de duro trabajo. ¿Lo hará Obama?. Pues no se sabe. Pero de momento lo que se ve es que la deuda se dispara a niveles desconocidos, mal rollo, y que los pasos no parecen ir en el sentido correcto sino en dar una vuelta de tuerca más en el sentido equivocado. De ahí algunos post preguntándose si la FED, cuando esto mejore un poco, retirará billetes del mercado.
Hasta aquí la economía, está hecha unos zorros, ya lo sabe todo el mundo. Luego los mensajes que van goteando por parte de miembros del establishment, que si vamos a mejorar a partir de tal fecha o tal otra, cuentos. La credibilidad del sistema se ha roto, se terminaron las alegrías inversoras y los riesgos por mucho tiempo. Vayamos a los mercados. Mercado algo tibio ayer. El Dow Jones recula un poco, los europeos se mantienen y el Ibex ahí está, por encima de 9000.
La estrategia más lógica sigue siendo, en mi opinión, la misma. Ponerse largo no con mucho preparado para salirse o cambiarse a bajista si se ve pérdida de fuerza. De momento las figuras no son malas y parecen de continuación de tendencia al alza.
Si analizamos el Santander hay posibilidades de que el movimiento en curso continúe. El problema es que si se produce una subida hasta la zona de los 8 aproximadamente se enfrenta con una resistencia impresionante. Después de la que ha caído, que si el tema Madoff, los bonos de Lehman, el bloqueo del fondo inmobiliario, la ampliación, el precio se va a zonas de antes de ‘las movidas’ algo raro habría ahí. Porque no estaría muy lejos de precios de ‘aquí no pasa nada ya verás’, cuando empezó la caída en septiembre de 2008. Por otro lado vemos una posible figura de cabeza y hombros compuesta con una ruptura a la baja demoledora y una línea clavicular que pasa por 8 más o menos. Personalmente creo que las acciones del Santander (y de otros bancos) tienen un recorrido al alza limitado y que la brusca subida fuerza a ser muy cautos. Las subidas en tendencia alcista no son así.