Los últimos días de marzo vuelven a dejar un mal sabor de boca. En las cercanías tenemos el pufo de CCM, un pufo de los buenos y, lo peor, es que muchos pensamos que es la punta del iceberg. Como opinar es gratis, arreglar el país es un deporte muy popular y como casi todos sabemos qué tienen que hacer los demás, pues bueno, ya se sabe, que las opiniones son como las narices, todos tenemos una (se puede sustituir el término narices por otro órgano u apéndice, si es obsceno queda más gracioso).
- Interesante enlace recopilatorio sobre CCM y otras.
Dice el Sr. Solbes que no hay ningún agujero de liquidez, debe ser que Pricewaterhouse Coopers se lo inventa. Quizás Unicaja se ha echado atrás porque sí. Como tengan razón los de la consultora el pufo ya se ha fundido casi todo el fondo de garantía.
Pero a poco que se tenga un criterio objetivo esta crisis se debe, sobre todo, a los que gestionan la cosa pública y cuando eso sucede, cuidado. No hay que leer a Hannah Arendt, para darse cuenta de que en aquellos momentos en que la desconfianza generalizada sobre los gestores de la cosa pública bien mezclados con una buena dosis de crisis económica, pueden dar paso a experimentos en que el problema pasa a ser mucho más importante que perder los ahorros. También es llamativo qué poco se prodigan los papeles en la búsqueda del origen del gran pufo, salvo contadas excepciones. No es que uno sea proclive al pesimismo, pero la situación se está poniendo horripilante. Desconfianza en las entidades, en los dirigentes, desinformación, riesgo de que la moneda se vaya al cuerno… y algunos quieren un nuevo ‘New Deal’, planificado, dirigido y ejecutado por los mismos que nos metieron en este lodazal, supongo, quizás por otros peores, en fin.
Soros ha hablado y desconfía de la reunión del G-20, no está solo. El penúltimo plan de Geithner parece que poco empuje más puede darle a los mercados. El tiempo corre y nada, el vacío. Las esperanzas que tuvieran algunos en que alguien tomara el timón parece que se van desvaneciendo. Mientras tanto las bolsas amenazan pero no pegan, es decir, el tramo al alza se ha frenado cerca de lo que puede ser una resistencia, pero tampoco se puede apostar, por ahora, por un desplome. En general a los políticos, presidentes de los bancos centrales y presidentes de algunas corporaciones les huele el culo a pólvora. A Rick Wagoner, de General Motors, ya se lo han cepillado, pero claro Obama tenía que hacer algo, ya ruedan cabezas. Seguro que no es el último y que en España seguiremos las tendencias que marca ese presidente superfashion que tienen los norteamericanos.
De momento la volatilidad que marca el VIX ha vuelto a la zona de los 40 para rebotar, y en los últimos meses eso ha sido un indicativo de caída.
Conviene observar la figura del Ibex 35 que es muy parecida en todos los índices occidentales. El índice tiene un primer tirón, después corrección lateral, ahora se frena. Pues bien, un comportamiento típico sería un tramo al alza rápido, corrección en bandera y otro un poco más lento. Como empiece a perder soportes malo, porque se trataría de un rebote débil dentro de una tendencia bajista fuerte. Como primera señal de alarma estarían los 7850 puntos de Ibex y, en mi modesta opinión, la pérdida de los 7500 nos deja sin nada por debajo. Malos augurios dan los gráficos en este momento, veremos qué pasa pero mejor tener cuidado si tenemos cartera comprada. Obsérvese también el RSI en zona de sobrecompra (o de resistencia, como quiera el lector).
El sector financiero puede estar otra vez castigado y conviene no dejarse de vista la influencia que Caja Castilla La Mancha pueda tener en todo el sector europeo que, después de rebotar con fuerza, puede encontrarse de bruces con la aplastante realidad.